Si la importancia de la pyme para el tejido empresarial español está lejos de toda duda aunque se la ayude poco en lo económico mediante préstamos u otro sistema o se la denigre, el definirlas y clasificarlas ha sido siempre fuente de conflictos, como a la hora de definir el conceto de empresa.
Aunque la Unión Europea cuenta con su propia descripción de lo que es una pequeña y mediana empresa (pyme), hasta 2005 ni siquiera todos los países de la unión y miembros se acogían a ella, con los problemas que esto conlleva a la hora de acceder y diseñar los programas de ayuda que desde ellas solicitan.
En su última actualización, la Unión Europea divide a las pyme y la clasifica entre: microempresas, pequeñas y medianas empresas lo que además depende de cual es su nivel de facturación, número de empleados y del balance anual.
Mircroempresa:
Se entiende por Microempresa toda aquella que posea hasta un máximo de 10 empleados en su plantilla y con un límite de facturación y un balance anual de hasta 2 millones de euros, dicha cifra antes no se encontraba delimitada.
Pequeña Empresa:
En tanto, se entiende por definición de pequeña empresa a toda aquella que en su plantilla cuente con entre 10 y 50 empleados, además de registrar hasta un límite de facturación de hasta 10 millones de euros como máximo, vale recordar que anteriormente esta cifra se situaba en el máximo de hasta 7 millones de euros y otros 10 millones de euros en su balance, anteriormente dicha cuantía era hasta 5 millones de euros.
Mediana Empresa:
Para este caso se defien a la mediana empresa como auqella que tiene en su plantilla a 250 empleados, y que cuenta con una facturación de hasta 50 millones de euros, ya que anteriormente eran 40 millones de euros y contar con un balance anual por hasta 43 millones de euros, quedando atrás los 27 millones anteriores que se requerían.
El texto íntegro de la UE (en inglés) se encuentra en: http://ec.europa.eu/enterprise/enterprise_policy/sme_definition/index_en.htm
Al igual que ocurre con las grandes corporaciones y el total de las pyme, la relación numérica entre las propias pyme ambas es inversamente proporcional a su tamaño. Es decir, a mayor dimensión, menor número de compañías. De esta forma, las microempresas suponen cerca del 94% del total de pyme, mientras que las pequeñas suponen cerca del 5% y las medianas sólo el 0,70 por ciento. Mención especial supone el hecho de que los autónomos o empresas unipersonales alcancen el 52 por ciento del total y asunto al que dedicaremos un post más adelante.
Aunque a priori no pueda parecer muy importante, tener un único sistema para ordenar el tipo de empresas permite tanto al Gobierno y a la UE llevar a cabo planes globales específicos para cada área, adaptándose a las necesidades concretas. Además, también es positivo para llevar a cabo negocios entre las propias compañías, ya que cada una sabe con qué tipo de corporación está tratando simplemente por su denominación, todo ello por no hablar de su papel clave para establecer las ayudas y subvenciones.
Imagen: anibalgoicochea
su definicion es una cagada,,,, no saben nada